Por qué no debes usar el microondas para calentar ciertos plásticos

¿Sabías que calentar un envase plástico en el microondas puede aumentar la migración de químicos al alimento, especialmente a comidas grasas o ácidas?

Riesgo químico: qué se libera y por qué importa

Al calentar plástico, la temperatura hace que compuestos como el bisfenol A (BPA) o ciertos plásticos con aditivos se liberen más fácilmente. Estos compuestos se han relacionado con alteraciones hormonales y, en estudios experimentales, con efectos en el metabolismo y la reproducción.

Consejo práctico: evita calentar alimentos grasos (salsas, guisos, quesos) en recipientes plásticos; el aceite y la grasa favorecen la transferencia de contaminantes.

Ejemplos cotidianos donde el riesgo pasa desapercibido

Microndas quejas: recalentar el yogur en su envase de plástico, calentar alimentos en bandejas de comida para llevar o cubrir con film plástico que toca la comida. En cada caso, el contacto directo y la temperatura aumentan la probabilidad de migración química.

Ejemplo específico: si calientas salsa de tomate en un recipiente del supermercado, el ácido de la salsa favorece que compuestos del plástico se disuelvan más rápido. Alternativa: transfiere la salsa a un plato de cerámica o vidrio antes de calentar.

Cómo identificar plásticos que NUNCA deberías meter al microondas

Revisa el símbolo de reciclaje: el número 3 (PVC) y el 6 (poliestireno) suelen ser problemáticos; el 7 (otros) puede incluir BPA u otros polímeros no seguros. El etiquetado "microwave-safe" no siempre garantiza ausencia de migración, solo indica que el plástico no se deformará.

Prueba sencilla: calienta agua en el envase durante 1 minuto. Si el envase se deforma, libera olor fuerte o se calienta mucho, no lo uses para recalentar alimentos. Consejo: cuando tengas dudas, transfiere siempre a vidrio o cerámica apta para microondas.

Alternativas seguras y hábitos prácticos para el día a día

Preferir recipientes de vidrio templado, cerámica sin barnices dañinos o silicona de calidad alimentaria reduce el riesgo. Los envases de vidrio con tapa ventosa permiten calentar sin salpicaduras y evitando contacto plástico-comida.

Ejemplo práctico: guarda las sobras en tarros de vidrio con tapa; para calentar, afloja la tapa para que salga el vapor. Si usas film, evita que toque la comida y deja una esquina abierta para ventilar.

Pequeños cambios que evitan grandes riesgos

No metas envoltorios del supermercado ni tapas plásticas desechables al calentar. Revalida recipientes etiquetados como "reutilizables": muchos no están pensados para temperaturas repetidas y pierden integridad con el tiempo.

Hábitos fáciles: rotula tu cocina con etiquetas ("solo frío", "microondas seguro") para evitar errores; sustituye cubiertos y recipientes viejos que muestren rayas o pérdida de color, señales de degradación.

Si tienes bebés o niños, extrema precaución: botellas, tetinas y recipientes para comida infantil deben ser específicos para calor y preferiblemente libres de BPA. Cuando calientes alimentos para bebés, usa recipientes de vidrio o calienta en baño maría y mezcla bien para comprobar temperatura.

En resumen, no se trata de demonizar todos los plásticos, sino de entender que la combinación de calor, grasa o acidez y contacto directo incrementa el riesgo de transferencia de químicos. Adoptar alternativas simples — vidrio, cerámica, silicona — y seguir pruebas caseras o instrucciones del fabricante reduce significativamente esa exposición diaria.