Por qué no debo sonar fuerte mis oídos para destaparlos: riesgos y alternativas seguras

¿Sabías que forzar un soplido para destapar los oídos puede empeorar el problema e incluso causar daño permanente?

Cuando sentimos los oídos tapados lo más instintivo es sonar fuerte mis oídos para destaparlos, pero esa acción puede generar sobrepresión en el oído medio o empujar el cerumen más adentro. Antes de tomar medidas bruscas, conviene conocer por qué ocurre la obstrucción y qué alternativas son realmente seguras.

Cómo funciona el oído y por qué «sonar» puede fallar

El oído medio se comunica con la garganta a través de la trompa de Eustaquio, que equilibra la presión. El tapón suele ser por cerumen, mucosidad o cambios de presión.

Al sonar fuerte mis oídos para destaparlos el aire se dirige por la nariz y la garganta; si hay inflamación o un tapón sólido, la presión aumenta y puede dañar la membrana timpánica o empujar el cerumen más adentro.

Consejo práctico: en lugar de soplar con fuerza, prueba a deglutir repetidamente, bostezar o mover la mandíbula como si masticaras chicle para abrir la trompa de Eustaquio sin presión brusca.

Riesgos concretos de soplar fuerte: ejemplos reales

Un ejemplo cotidiano: en un avión, muchas personas se tapan la nariz y soplan con fuerza al descender. Algunos sienten alivio momentáneo; otros desarrollan dolor intenso, pérdida de audición temporal o vértigo por barotrauma.

Otro caso común: alguien con exceso de cerumen intenta expulsarlo con un soplido; el tapón se desplaza y provoca obstrucción más profunda o infecciones.

Consejo práctico: si viajas en avión, usa chicle o realiza maniobras suaves de deglución. Si notas dolor agudo o sangrado después de un intento, busca atención médica de inmediato.

Alternativas seguras y fáciles para destapar los oídos

Hay métodos de bajo riesgo que suelen funcionar sin necesidad de forzar la presión. Aquí tienes pasos que puedes seguir en casa.

Método 1 — Maniobra de Valsalva suave: cierra la boca, aprieta suavemente la nariz y sopla con poca fuerza. Si no sientes un pequeño pop, no insistas.

Método 2 — Maniobra de Toynbee: cierra la nariz y traga. Esto iguala la presión sin crear sobrepresión.

Método 3 — Compresa tibia: colocar una toalla tibia sobre el oído durante 5–10 minutos puede ablandar el cerumen y aliviar la sensación.

Método 4 — Gotas oleosas o soluciones salinas: 3–5 gotas de aceite mineral o gotas de venta libre para cerumen pueden ablandar un tapón en 1–2 días. No uses en caso de dolor intenso, secreción sanguinolenta o perforación previa del tímpano.

Cuándo no experimentar en casa: señales para ver al profesional

Si aparece dolor severo, fiebre, sangrado, pérdida auditiva súbita o mareos, no intentes remedios caseros. Esas señales indican que podría haber infección, perforación del tímpano o barotrauma.

Ejemplo práctico: si tras un vuelo pierdes audición parcial y tienes zumbido persistente, programa una consulta con Otorrinolaringología. El especialista puede realizar irrigación profesional o microsucción segura.

Consejo práctico: anota cuándo comenzó el síntoma, si hubo exposición a agua o uso de objetos (horquillas, hisopos) y si tienes alergias o sinusitis, para dar información útil al médico.

Prevención diaria para evitar oídos tapados

La mejor estrategia es preventiva. Evita introducir objetos en el conducto auditivo. Los hisopos empujan el cerumen; límpialo solo en la parte externa con una toalla.

Si tienes alergias, trata la congestión nasal con humidificador, lavados nasales con solución salina o tratamiento prescrito. Mantener la nariz despejada reduce la disfunción de la trompa de Eustaquio.

Consejo práctico: antes de nadar usa tapones o un gorro ajustado. Después de actividades acuáticas, inclina la cabeza y seca suavemente la oreja externa para reducir infecciones.

En resumen: resistir la tentación de sonar fuerte mis oídos para destaparlos y optar por maniobras suaves o ayuda profesional previene daños. Un enfoque prudente y medidas simples en casa suelen resolver la mayoría de las molestias sin riesgo.